Desde pequeña he vivido rodeada de máquinas de coser, aunque no ha sido hasta hace poco que me han empezado a llamar la atención.
Mi abuelo tenía un pequeño taller en el barrio de Sant Antoni de Barcelona, donde hacía bolsos. Recuerdo perfectamente el pequeño lugar; el olor a cola y a cuero, los patrones colgando de la pared, la gran mesa de trabajo y su máquina de coser..... Algunas tardes, después del colegio, mi padre me llevaba un rato de visita y yo encantada! Siempre volvía a casa con algún monederito que mi abuelo me hacía en un abrir y cerrar de ojos....
Mi abuela, en cambio, era modista....¡¡y de las buenas!! ;) La recuerdo con su máquina de coser y su caja de hilos (una vieja caja metálica que en algún momento había estado llena de ricas galletas de té... mmmmm..)
Ella me enseñó a coser a mano y a hacer diferentes tipo de puntadas. Recuerdo que siempre me decía " La que cose sin dedal, es que no sabe coser..." Así que a día de hoy, sigo sin saber coser (con dedal) .... me molesta, me cae....pero siempre llevo conmigo uno que cogí de su cajita de galletas.
Lo que nunca me enseñó fue a utilizar su máquina de coser...con la que tanta ropita me hizo cuando yo era pequeña.
Y ahora, que mi abuela ya no está, he decidido que sí o sí voy a conseguir aprender a coser con su vieja máquina. ¡¡Si tiene hasta las instrucciones!!!!
Pero antes, tendrá que pasar una puesta apunto ya que después de tanto tiempo no funciona. Y como conseguir arreglarla, me está costando más de lo que pensaba....decidí comprarme una máquina baratita para empezar a dar mis primeras puntadas.
¡Qué vicio! ¡Me encanta coser! Otra cosa es que lo haga bien...por eso tengo en mente hacer algún curso. Pero de todos modos, se ha abierto un mundo lleno de posibilidades y mil proyectos en mente, la mayoría futuros regalos, que haré con mucho amor.
En los próximos posts os iré enseñando mis proyectos...por ahora, os dejo con este adelanto.
Besitosmil
Sandra
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